El estrés nos afecta mentalmente, emocionalmente, conductualmente, física y socialmente. Cuando una persona se encuentra ante una situación estresante, ocurren diversas respuestas fisiológicas. Como ejemplo de situaciones estresantes podríamos describir las que siguen:
- Cada vez se nos acumula más carga laboral y además nuestro jefe nos presiona para que lo saquemos adelante sin importarle las horas que echemos en la empresa.
- Tenemos a nuestro cargo a una persona dependiente, nuestra madre por ejemplo, descuidando nuestro propio autocuidado ese hace tiempo.
- Es el último año de nuestro estudios universitarios, se acercan los exámenes finales, y ello conlleva a que anticipemos un cambio vital importante y especialmente una incertidumbre desmesurada en lo que será nuestra vida en unos meses.
Información proporcionada por nuestro psicólogo clínico en Lugo
El primer conjunto de respuestas se llama la respuesta de lucha o huida, ya que permite tomar una rápida acción física en respuesta a un factor de estrés. Imagínate como ejemplo que es de noche, estás volviendo a casa sólo y escuchas un ruido detrás de ti. Te das la vuelta y ves unas sombras que no identificas. El cuerpo se tensiona, se prepara para que comiences a acelerar la marcha, lo cual haces y tu respiración así como tu tasa cardíaca se aceleran.
Cambios físicos relacionados con el estrés
Los siguientes son algunos cambios físicos que puedes experimentar cuando estás bajo estrés:
- Dilatación de las pupilas
- Aumento de la tasa de respiración
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Aumento de la presión arterial
- Flujo sanguíneo hacia los músculos, lejos de los órganos
Esta reacción fisiológica es perjudicial para nuestro organismo si se repite regularmente. Se puede asociar con una mala recuperación de una enfermedad, exacerbación de los síntomas de una enfermedad crónica y el deterioro en el funcionamiento cardíaco e inmune.
El manejo del estrés implica el uso de estrategias que nos ayudan a ser más conscientes de situaciones que causan estrés y el uso de técnicas efectivas de afrontamiento. Estas técnicas se han utilizado con éxito para muchos problemas emocionales y físicos, como ansiedad, depresión, insomnio, diabetes, presión arterial alta, dolores de cabeza, enfermedades del corazón, artritis y efectos secundarios de la quimioterapia del cáncer.
A menudo no tenemos ningún control sobre las situaciones de estrés; sin embargo, sí tenemos control sobre la forma en que respondemos, y estas respuestas a menudo aumentan o disminuyen nuestros síntomas de estrés. Un ejemplo típico es el de realizar alguna técnica de relajación como forma de manejar estas respuestas. Es importante aquí que una de las consecuencias de que respondamos de forma diferente será que vamos a provocar una cascada de cambios en nuestro entorno.
Pasos para controlar la ansiedad
Uno de los primeros pasos en el manejo del estrés es aumentar nuestra conciencia de las señales corporales obvias y sutiles de estrés. El conocimiento de estas reacciones y conductas asociadas es el primer paso para lograr cambios y reducir o eliminar el estrés, y para ello te proponemos que contestes a las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son tus fuentes habituales de tensión?
- ¿En qué partes de tu cuerpo eres más propensa a sentir esta tensión?
- ¿Cuándo es más probable que te sientas tensa?
- ¿Cuándo eres más y menos consciente de la tensión corporal?
Trata el estres y la ansiedad en nuestra clínica de Lugo
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